0. Preámbulo a“Diario de un E-1”

Hace unas semanas recibí una invitación para un grupo de Facebook que se llama “Eneagrama de la personalidad”. Sentí curiosidad por saber de qué trataba y acepté el ofrecimiento. Una vez allí pude leer hilos en los que los participantes del grupo hacían extrañas preguntas o inquietantes manifestaciones:

“Mi pareja es 5 pero yo siempre creía que era 2, mi primo me ha dicho que él está seguro de que se trata de un 3 conservación, pero yo intuyo que lo dice por envidia porque él es un 4 emocional, ¿de verdad creéis que puede ser un 7 sexual?”

O en este otro sentido:

“Estoy segura de que soy un 5 conservación, pero yo me siento un 8 social en verano y un 9 sexual en invierno, ¿Cómo puedo definirme en primavera?”

 Y lo interesante de todo esto es que la gente contestaba con mucho interés y amabilidad a todas estas publicaciones, casi con idéntico estilo hasta el punto de que creí que hablaban en algún tipo de clave secreta.

Me animé, en mi afán de integrarme cuanto antes en el grupo, y contesté a este otro mensaje:

“Mi señor esposo es E8 insano y yo soy E1 perfeccionista. ¿Qué puedo hacer con él?”

En mi ingenuidad e inocencia le sugerí: “Lo mejor que puede hacer con él, si está malito, es llevarlo al médico, señora”.

No sentó bien mi respuesta. Entonces entendí que debía profundizar más sobre el tema si quería evitar los malentendidos. Y, de esta manera, busqué información para saber qué es eso del eneagrama de la personalidad y en qué consisten los nueve eneatipos.

Hay mucha literatura en internet para quien quiera conocer, pero como definición general, os diré que se trata de un sistema de clasificación de la personalidad, no basado en hechos empíricos, que la sitúa en 9 tipos. Se suele representar en un círculo con nueve líneas interconectadas entre sí que sugieren las relaciones que se establecen entre los diferentes tipos. Cada tipo se define por un conjunto de características psicológicas y patrones de comportamiento, pensamiento y emoción. Generalmente, y como acceso rápido, se llega a determinar el eneatipo por el test completo de ITA Riso-Hudson, una batería de 135 preguntas que presentan tres alternativas de respuesta.

Me animé a hacerlo y el resultado fue este que transcribo literal tal y como sale al finalizar la prueba:

“Su eneatipo es el: Eneatipo Uno: El reformador. El tipo idealista de sólidos principios. Las personas tipo Uno son éticas y concienzudas, poseen un fuerte sentido del bien y el mal. Son profesores y cruzados, se esfuerzan siempre por mejorar las cosas, pero temen cometer errores. Bien organizados, ordenados y meticulosos, tratan de mantener valores elevados, pero pueden resultar críticos y perfeccionistas. Normalmente tienen problemas de rabia e impaciencia reprimidas. En su mejor aspecto, el Uno sano es sabio, perceptivo, realista y noble, a la vez que moralmente heroico”.

Así que, con ese nuevo conocimiento adquirido, abrí un hilo en el grupo con el siguiente texto: “Desde que me he enterado de que soy E-1 no me soporto, ¿alguien me puede ayudar?” y este fue el inicio de toda la aventura. A raíz de esto comienzo a escribir el “Diario de un E-1”, seis primeros capítulos que expondré aquí en mi muro y que nadie me podrá borrar. Porque el final de la historia es que terminaron por eliminarme una publicación y ante mi protesta, que a continuación transcribo, los administradores decidieron expulsarme definitivamente del grupo:

“ME CENSURAN EN EL GRUPO

Mucho han tardado los censores y los guardianes de las “buenas formas” en sacar sus tristes dedos acusadores para señalar lo que no saben y menos entienden. Siempre es igual, siempre están dispuestos a emprender la caza de brujas desde su oscura sombra y su acomplejada alma. Me han eliminado una publicación invocando a razones que caen, una a una, por su propio peso. Y quienes hayan tenido la oportunidad de leerla o seguir sus comentarios pueden dar fe de ello.

Hacía días que ya se veía venir. Los comentarios de otro valiente censor, la comunicación al aire del consejo de administración del grupo y, hoy, la amiga krazz y su flexible inteligencia de ladrillo han culminado con la eliminación de mi humilde publicación.

Como buen E-1 lo primero que se me ha encendido ha sido la ira. Luego, encendí la luz porque ya se hizo de noche y no veía un pijo. Y con la ira, también pensé en la venganza. Pero no en una venganza cualquiera, o de esas de mercadillo, no, en una venganza de marca, como la del caballo en la película de El Padrino. Menos mal que enseguida tuve una revelación casi divina y deseché la idea del caballo. Además, ¿y si no tienen caballo? ¡No tienen inteligencia y van a tener un caballo!

Otra ocurrencia de las mías ha sido: ¿y si los denuncio a Hacienda y que le hagan una paralela de cinco años que se caguen por la patilla? Pero mandarles un Inspector de Hacienda no se lo haría yo ni al peor de mis enemigos. ¡Cómo se lo voy a hacer a unos mindunguis!

En fin, que al final he optado por mandarles una bandeja de pasteles caducados de la pastelería de mi amigo Rigomerio, bañados con laxante del 15, y que les aproveche.

Y ahora he de dejarles porque tengo que atender a la Policía que se ha presentado en casa asegurándome que alguien, desde mi línea de internet, ha estado buscando en Google “maneras de asesinar y no dejar huellas”. Yo le he señalado al gato como posible sospechoso porque hace días —les he dicho— que me viene mirando un poco raro. Y encima se me va a pasar la sopa de ajo que estoy haciendo para la cena.

¡La de duras pruebas que me está poniendo la vida! Mecachis.”

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Les dejo ya con el diario. ¡Que lo disfruten!

Para leer capítulo 1 sigan el enlace

https://lapalabrafrentealespejo.wordpress.com/diario-de-un-e-1-capitulo-1/